La Historia es magia en los libros de Edna Iturralde

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Solo una vez que se apaga la grabadora, Edna Iturralde, una de las autoras de literatura infantil más conocidas del país, se relaja plenamente. Entonces sí, muestra toda su pasión por su cuentos, los lee, los recorre, enseña las ilustraciones y se explaya al explicar sus fuentes.

Antes, frente a dos tazas de café, en el estudio donde escribe, rodeada de libros, explica su forma de trabajo: “Mi literatura nace de manera espontánea, aunque siempre sé qué tema voy a tratar. Hago mucha investigación, por ejemplo, en el caso de los temas multiculturales, yo vivo con la gente, en otros libros, visito bibliotecas, entro a archivos… Pero nunca sé qué va a suceder en mis historias, siempre fluye de una forma que yo considero mágica”.

Entonces, ¿cómo lograr que los libros cumplan al mismo tiempo la doble tarea de entretener y enseñar? “Lo que escribo no son libros de texto. Mis libros son novelas o cuentos, narrativa pura, en la que yo al mismo tiempo tejo la Historia en algunos, la Arqueología, en otros… Mi propósito fundamental es entretener a los niños, pero que al mismo tiempo conozcan sobre su país”.

Los temas que más preocupan a la autora y que con mayor frecuencia aparecen en sus cuentos son los relacionados con la identidad ecuatoriana. “En mis libros se puede encontrar un mundo nuestro, tan mágico como puede ser un mundo inventado, con la ventaja de que el que yo describo es propio. Como el tema del libro que estoy por publicar que trata de los viajes épicos que realizaban los indígenas de nuestra prehistoria en una balsa pequeñita por el Pacífico, yéndose hasta México. Suena como algo inventado, pero es verdadero. Yo cuento cosas nuestras de una manera que las vuelve mágicas. Todo esto tiene que ver con quienes somos los ecuatorianos”.

Tal vez esta especial habilidad para fundir en una misma historia el entretenimiento y la transmisión de diferentes valores y enseñanzas haya hecho que Edna Iturralde esté postulada para el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil, auspiciado por la International Board on Books for Young People (IBBY). (YM)

LA AUTORA

Edna Iturralde es una de las autoras ecuatorianas de literatura infantil más reconocidas. Ha escrito más de 36 libros para niños que abarcan una gran variedad temática, desde reflexiones sobre valores e identidad, hasta vuelos absolutamente libres de la imaginación. Ahora, está nominada al Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.

Artículo publicado por Diario HOY.

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HOY 13 septiembre 2005

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Iturralde compite por premio con 41 autores

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El galardón se entregará el 27 de noviembre próximo, en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara, México.

La revista digital de literatura www.imaginaria.com.ar da cuenta de  que 42 autores de 10 países compiten por el Primer Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Ediciones SM, que se entregará el 27 de noviembre próximo, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, y que está dotado de 30.000 dólares.

Una de las candidatas es una autora ecuatoriana: la escritora Edna Iturralde, creadora de obras de literatura infantil, algunas de las cuales tienen un componente étnico. Entre sus títulos publicados están: Aventura en los Llanganates, Caminantes del sol, Verde fue mi selva, Y su corazón escapó para convertirse en pájaro, JR Machete, y otros.

“Iturralde no es historiadora y, sin embargo, mediante sus obras los niños y jóvenes se asoman al pasado. No es maga.  No obstante, crea mundos en los que es posible habitar con la imaginación. Es una escritora, que cual investigador, viaja por los territorios de los cuales escribe, se documenta en archivos, habla con la gente y sobre esa base ficciona”, refiere en una parte el documento que la Fundación Hoy para la Educación, entidad ecuatoriana que la postuló para el galardón, adjuntó como sustento de la candidatura. Los restantes 41 aspirantes son de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, España, Guatemala, México, Perú y Uruguay.

El premio, que se le otorgará a un autor iberoamericano por el conjunto de su obra, es convocado por el ISME (Instituto SM para la Educación), junto con el Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe), la FIL (Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México), la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y otras instituciones.

Iturralde, autora de 18 libros, destaca que la riqueza temática y ancestral del Ecuador es tanta que no tiene la necesidad de inventar  los  mundos míticos y mágicos que les toca  edificar  a los autores de otros lugares. Lo que hace, refiere, es inventar personajes y situaciones que se desenvuelven en escenarios o dentro de historias que fueron reales. Teje la realidad con la ficción.

Como ejemplo pone el libro que se presentará a mediados de este mes en Guayaquil, publicado por la editorial Alfaguara y que lleva por título  Miteé y el cantar de las ballenas.  Esta novela se desarrolla 3.200 años atrás y habla de los antepasados de la Costa ecuatoriana y de sus logros. Es un viaje en balsa, por el océano Pacífico, que hace un niño y un grupo de catorce personas hacia México, llevando las conchas spondylus.

“Al tiempo que es una aventura, cuenta a nuestros niños la historia. Así ellos aprenden las diferentes culturas que hubo antes de la época colonial”, anota Iturralde, quien confiesa que la investigación que realiza antes de escribir cada libro, la ha hecho descubrir mundos que antes desconocía.

“Todo ello me ha hecho sentir más orgullosa de mi país. Se me ha acentuado más mi identidad nacional”, argumenta la escritora.

Artículo publicado por Diario El Universo

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El Universo_10 de octubre 2005

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Iturralde novela la vida de los niños de la calle

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El libro, editado por Alfaguara,  se presenta hoy, a las 18h00, en el aula magna de la Universidad Católica de Guayaquil. Cecilia Ansaldo y Cecilia Vera participan en el acto.

La escritora quiteña Edna Iturralde ha escogido como tema de su nueva novela,  Lágrimas de ángeles, a los niños de la calle. Con él  construye una historia en la que los protagonistas son  Jaime, La Flaca, Pan Quemado, Bota la Pepa, el Negro José y otros personajes.

Jaime es un niño campesino, que llega a la ciudad a despedir a su padre, quien  se va a Europa, en busca de trabajo. El pequeño se quedará  al cuidado de una tía que apenas conoce. Pero  cuando su padre parte, Jaime, en vez que irse con ella, huye por calles desconocidas.

No soporta la separación.  Su madre falleció  hace poco, en un accidente en España, adonde viajó a trabajar como recogedora de brócoli. Solitario, deambulando por las calles, se encuentra con La Flaca, una niña vendedora de chocolates, con la que hace  amistad. Y ella le presenta a otros niños vendedores. Pronto, Jaime es uno de ellos. Sus días transcurren en los semáforos, tratando de vender chocolates. En las noches, su refugio es un  viejo bus.

En compañía de La Flaca, Pan Quemado, Bota la Pepa y  el Negro José descubre el peligro de la ciudad, la explotación de la que son víctimas los niños que habitan en las calles, pero también  la solidaridad, el concepto de la amistad y el espacio para los sueños.

Pregunta: ¿Por qué escogió el tema de los niños de la calle para novelarlo?
Respuesta: Usted se acordará de aquella canción que dice “ojalá que no me vuelva indiferente”, pues esa es la razón por la que escribí este libro; porque me parece importante que los niños y niñas no crezcan vacunados contra la indiferencia, y que los adultos que lean esta obra reaccionen y dejen de cerrar los ojos para no ver a los niños de la calle.

P: ¿Qué tipo de trabajo realizó para  acercarse  y comprender la dinámica de los niños de la calle?
R: Los personajes y la historia de esta novela son  pura ficción, pero sí conversé con algunos niños y con personas allegadas a ellos, que llevan años trabajando en programas que los ayudan a pesar de no contar con los medios suficientes ni el apoyo que necesitan para lograr sus metas.

P: ¿El lenguaje que utilizan los niños protagonistas de la novela es el que usan los niños de la calle, o imaginó que quizá ellos hablan así?
R: Las dos cosas.  Palabras como “loco” y “mijo”, algunos dichos y expresiones los escuché de ellos, pero no pude transcribir su manera exacta de hablar porque utilizan muchos términos y palabras que no cabrían en una novela juvenil.

P: En su obra toca temas  como la migración y la explotación a menores. A ratos la obra se convierte en una especie de denuncia de los males de la sociedad actual. ¿Cómo concilia la denuncia con la literatura?
R: Desde que nació la literatura ha sido uno de los medios más utilizados y más exitosos en la historia de la humanidad para denunciar, exponer y señalar y actuar como un reloj despertador.

Artículo publicado por Diario El Universo.

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El Universo 25 de mayo 2005

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El mundo reconoce la fantasía de Edna

mundo

Érase un 10 de mayo de 1948, en la ‘Carita de Dios’, capital de los ecuatorianos, una hermosa niña es dada a luz en la clínica Ayora. La pequeña fue bautizada como Edna, al igual que su madre, quien la toma en brazos y la mira sonreír. Desde el regazo, la pequeña sabía que estaba protegida por quien sería su mejor amiga hasta el día que abandonase este mundo. Pasarían 64 años para que eso sucediera (2012). La extrañará sobremanera.

Un gran destino le venía por delante a esta valiente pequeña que no le temía a fantasmas ni arañas, al punto de jugar con ellas y dejarlas caminar por sus brazos. Solo le teme al rechazo. Eso sí le parte su sensible corazón.

Así, como tratando de emular un cuento, es como empiezo la entrevista con esta afamada escritora infantil y juvenil ecuatoriana que ha logrado trascender mundialmente, dejando en alto el nombre del Ecuador.

Su talento la ha llevado a ganar un sinnúmero de premios y reconocimientos nacionales e internacionales, y actualmente está nominada por segundo año consecutivo por el Consejo de las Artes de Suecia al premio Astrid Lindgren Memorial Award 2013 (ALMA), segundo más importante del mundo para la literatura infantil y juvenil. Espera con ansias que, según sus palabras, “pase el milagro y ganar”. Con el anterior no lo logró, pero no pierde la fe de que este año suceda, así como está segura de que algún día será nominada al premio Hans Christian Andersen, más conocido como el Nobel de la Literatura Infantil.

Es que, Edna Iturralde De Howitt de Kernan viuda de Van Maasdjik, como es su nombre completo, es una exitosa escritora con 45 libros publicados, en su mayoría con temática infantil y juvenil, de los cuales 41 siguen recorriendo Latinoamérica y el mundo. “Cuatro fueron una sola publicación”, aclara esta autodidacta quiteña, quien irónicamente no estudió en la universidad la carrera de Literatura. “Me hubiese gustado ir a la universidad, pero no pude por varias razones”, comenta someramente y sin ahondar en los motivos. Prefiere reservárselos sin dar la oportunidad a seguir indagando con un firme, aunque respetuoso, “no”, y continúa: “Solo hice un año (un curso) de escritura creativa en la Universidad de Cornell (EE.UU.)”, comenta, aunque años más tarde (2000), el profesor titular le pidió ser su ayudante, en reconocimiento a su talento.

Esos hechos pasados no revelados no le impidieron desarrollar su arte. Siempre estuvo rodeada de buena literatura, su mejor escuela. Desde pequeña sus amados abuelos, con quienes vivió mucho tiempo, y su entrañable madre, le leían cuentos durante el día y antes de dormir. “Siempre le pedía a mi mamá que me leyese…”, recuerda, sin olvidar los innumerables cuentos de ‘Las mil y una noches’ que le narraba su abuelo, quien era árabe palestino. Esos pequeños, pero importantes detalles fueron cultivando en ella ese profundo amor y pasión por la lectura, así como ese despertar temprano (a los 11 años de edad) por la escritura.

Desde entonces, la pluma, el lápiz y el papel se convirtieron en sus mejores aliados. Le permitieron hacer volar su imaginación, plasmarla en sus cuadernos y crear mundos fantásticos.

Sus pinitos literarios los dio al cursar el quinto grado de entonces (actual sexto de básica) del Colegio Americano de Quito. “Nos pidieron hacer una comedia para teatro, pero no encontrábamos una que nos gustase. Entonces fui a mi casa y la escribí. Se la enseñé al maestro (Néstror Vinueza) y la aceptó. A él le agradezco porque me dio la oportunidad de escribir esa comedia y tuvo en sus manos mi profesión… Desde ahí me sentí escritora”, cuenta.

No se consideraba niña genio, “ni mucho menos”, recalca, pero sí una muy entusiasta y sensible amante de la lectura, que empezaría a escribir cuentos a petición de sus compañeros (as) del colegio. “Lo que ellos me pedían, les escribía”, recuerda.

Lo que no recuerda, y hasta ahora han sido infructuosos sus esfuerzos por hacerlo, el nombre del autor del primer libro que leyó. “Era un cuento lindo sobre un pececito. Creo que se llamaba ‘El pececito Kenio o Kenio, el pececito’. Nunca más pude encontrarlo”, sostiene nostálgica.

Para Edna, quien en 1996 fundaría y presidiría por varios años la ‘Unión de Escritores y Escritoras de Literatura Infantil’, la primera organización de ese tipo en el Ecuador, cada libro, historia, cuento que ha leído es importante.

De niña pasaba los días leyendo historietas cómicas, entre ellas las de ‘La pequeña Lulú’, ‘Tarzán’, ‘Gasparín, el fantasma amistoso’, ‘El pato Donald’ y demás. Se entretenía introduciéndose en el mundo de personajes de novelas como ‘Pollyanna’, de Eleanor H. Porter, o de autores como Emilio Salgari, entre otros, de los cuales destaca a Mark Twain. Es que, el literato norteamericano la marcó con uno de sus libros favoritos, ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’, de los centenares que ha devorado. “Me encanta porque tiene un sentido del humor único y los personajes están bien delineados…”, opina.

Entre las historias que no puede elegir como favorita, están las de sus “hijos de papel”, como se refiere a los libros escritos por ella. “Es la única pregunta que no puedo responder, porque a todos los siento mis hijos… Todos son especiales, he vivido con los personajes, compartido con ellos, paso a paso, cada una de sus aventuras… He sufrido, me he reído y asombrado con ellos… Los quiero a todos por igual”, argumenta emocionada y con ternura de madre que, aparte de amar a sus ‘hijos de papel’ y a sus fieles lectores, asegura que lo mejor que le pasó en la vida es el nacimiento de sus 6 hijos y 7 nietos.

“Amo a los niños y hubiera querido tener más”, dice. Gracias a ellos, sus hijos de sangre, empezó a alinearse con fuerza por la temática infantil-juvenil.

“Cuando me casé (con su primer esposo) y tuve mis hijos, empecé a narrarles cuentos (creados por ella) por las noches, antes de que vayan a dormir; pero ellos me reclamaban porque cada vez se los contaba diferente”, dice.

Es que, hasta entonces no los había escrito ni había publicado libro alguno. Salían directamente de su imaginativa mente a la boca y oídos de sus hijos, de nadie más. Ante los reclamos de sus retoños, decide escribirlos para contárselos siempre igual. Esos cuentos, inspirados e impulsados por sus hijos, salieron publicados (en 1986) en su primer libro ‘Desde el jardín de las arañas doradas’, con auspicio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

“Ahora los cuentos están divididos en 2 libros llamados ‘Pecas y las cucarachas’ y ‘La leyenda del Arupo y otros relatos míticos y mágicos’ de la editorial Alfaguara de Santillana”, grupo con el que empezó a trabajar desde 1998, constituyéndose en la primera escritora ecuatoriana en publicar para esa editorial, aunque inicialmente con el libro ‘Verde fue mi selva’, con el cual se vuelve pionera de la etno-historia narrativa del país. Y es que Edna ha sido pionera de muchas cosas desde que tiene memoria. En su adolescencia, por ejemplo, fue la primera estudiante mujer en ganar doble galardón en el concurso colegial de oratoria, venciendo a todos sus contrincantes, en su mayoría varones, cuenta con orgullo. Multifacética como ella sola, y debido a su gusto por la ropa y su habilidad innata en el diseño de modas y joyas, fue la primera persona en montar una boutique en Quito. “Tenía 20 años y puse mi boutique en la av. Amazonas. Salí en la portada de Vistazo, no en traje de baño (ríe), sino con un chaleco de cobre que yo diseñé”. El local se llamaba Carnaby Street (como la famosa calle de la moda de Londres) y vendía sus propios diseños en ropa y joyas en cobre y plata. “Era gracioso porque la gente no sabía que era una boutique y me preguntaban por qué no vende remedios si dice botica?”, recuerda con el humor que la caracteriza.

Pero aquella faceta de diseñadora no duraría mucho ante la llegada de su primera hija y su posterior cambio domiciliario a Lima y Guayaquil, donde viviría cortos períodos junto a su primer esposo, el difunto Diederik van Massdijk, quien falleció años después (1982) en un accidente aviatorio. La vida le volvía a jugar una mala pasada a Edna. Ella perdió a su padre, a su corto año de edad, en un accidente aéreo. Ahora la huérfana de padre no era ella, sino sus 4 hijos.

Años más tarde, la felicidad de pareja volvería a su vida al casarse con su actual esposo Bruce Kernan, con quien tiene 2 hijos más. Hoy, agradece a su familia, por ser su apoyo incondicional, aunque reconoce que le hace falta su madre. “Era mi mejor amiga”, dice.

Otra faceta de esta prominente escritora fue la de guía turística en 2 importantes empresas del país, por 2 periodos alejados cronológicamente. Uno, a sus 19 años, cuando estaba soltera, en el que fue reconocida como ‘mejor guía de turismo de América del Sur’, y otro a sus 43 años.

Ama a los animales, en especial a los perros, sus fieles compañeros. “Me acompañaron cuando niña en mi soledad”, pues no tuvo hermanos ni primos para compartir. “Era hija única de una hija única… pero siempre estuve rodeada de amor… disfrazaba a mis perros con ropa y pañuelos para jugar al té con ellos”. Hasta hoy esos seres la acompañan. ‘Lobo’ (pastor alemán), ‘Juancho pistolas’ (un chihuahua) y ‘Tuco’ (un salchicha) la rodean en la en-trevista y juegan a ratos con ella. “Falta ‘Tigre’ (pastor alemán) que está enfermito donde el veterinario”, anota.

Y ese ferviente amor por los animales hizo que muchos protagonizaran sus historias. Es el caso de “Panchita la hipopótamo baletista” (1980), su primer cuento lanzado al público, pero no en un libro, sino en el suplemento ‘Panorama’, de un importante diario del país, así como “Trapito, el perrito vagabundo”, entre otros. Publicó cuentos, esta vez en libros como “Un día más y otras historias”, dedicado a los animales en vías de extinción como parte de su lucha ambientalista. Una temática que empieza a ser recurrente en sus creaciones literarias, donde supo transmitir con ingenio a los niños y jóvenes el amor por la naturaleza. Un ejemplo de ello se evidencia en la revista ‘La Cometa’, primera de su género en el país que fundó en 1982 y dirigió por años, y que luego le daría un enfoque ecológico (1986). Asimismo, junto al ilustrador Pablo Ortega, con quien ha trabajado por años en la parte gráfica de varias de sus historias, creó la historieta ‘¡Oh!, la historia tralalá’ (1985), ‘La patrulla del páramo’ (1986) y ‘Los Ecochicos’ (1988), y otras muchas propuestas.

El legado literario de esta perseverante mujer es tan amplio que no cabrían páginas para hablar de él. Y a diferencia de lo que se llegaría a pensar, jamás tuvo un mentor a quien agradecer su guianza. Al contrario, tuvo bastantes detractores. Edna era discriminada, en especial por personajes del círculo de escritores, a quienes prefiere no referirse, que llegaban a hacerle comentarios hirientes.Entre los más suaves: “para ser mujer escribes bien”. A pesar de ello, jamás se dejó derrotar.

Hoy es considerada una de las escritoras infantiles y juveniles más importantes de Latinoamérica, tiene bestsellers como ‘Lágrimas de ángeles’, que rompió récord de ventas en el Ecuador y sobrepasó en ventas en Colombia, a Gabriel García Márquez.

Pero ella no solo escribe para niños, también lo hace para adultos con novelas policiales como ‘Las muchachas de la lluvia’, su último libro lanzado al mercado hace algo más de 2 meses en Colombia, que relata sucesos que tuvieron lugar en Ciudad Juárez (México), que han logrado captar la atención internacional. “Un día desperté a las 5 de la mañana y se me ocurrió que tenía que escribir un libro sobre los femenicidios en México. No sé por qué se me ocurrió. Nadie me había conversado del tema ni había visto una película al respecto, ni mucho menos… Solo amanecí con la idea, con esa ansiedad de escribir y lo hice”, comenta al explicar que sus fuentes de inspiración son diversas y tan solo le vienen a la mente como esa vez cuando iba manejando y prendió la radio. “Sonaba ‘El unicornio azul’, de Silvio Rodríguez, e imaginé la historia de ‘Olvia y el unicornio azul’. Al llegar a casa inmediatamente la escribí”, cuenta.

Aparte de esas casualidades, lo que sí es seguro es que una de sus mayores inspiraciones es Ecuador. “Amo mi país y empecé a escribir de él para que nos conozcamos… y le agradezco a Dios por vivir en un país mágico donde no tengo que inventarme nada, todo está aquí…”, dice al referirse a escritores como J.K. Rowling, autora de Harry Potter, a quien agradece por despertar nuevamente el interés por la lectura en los niños y jóvenes adultos, pero quien en su opinión, tuvo que inventarse todo, “yo, en cambio, escribo historias impresionantes que existen y existieron en el Ecuador…”, y otras partes.

Pocas veces ha escrito por recomendaciones o a petición de personas como sucedió con el libro ‘Más Simón era su nombre’, solicitado por una editorial, que trata sobre la vida de Simón Bolívar. “En él tardé 3 meses en investigar y 3 en escribir”.Es el que más tiempo le tomó. Normalmente es rápida. “Puedo escribir un libro álbum en una tarde”, asegura, gracias a su capacidad de concentración. “Tuve la suerte de ser mamá de 6 y me acostumbré a escribir en cualquier momento, lugar y circunstancia, y le agradezco a Dios por ese don. Si fuera de las personas que solo escribe en un lugar u horario determinado, no hubiera logrado hacer lo que he hecho, ni produciría lo que produzco… Puedo estar en la sala de espera de un aeropuerto, con bulla alrededor, sacar mi computadora y escribir”, revela. Sus ideas fluyen con facilidad al punto de jamás hacer cambios. “No hago borradores, todo lo escribo directo en la computadora”, asegura.

Parte de sus historias han sido representadas en obras de teatro y hasta en ballets, pero no han llegado a la pantalla chica o al celuloide. Ese es uno de sus mayores sueños, que espera cumplir algún día. “Muero porque se haga una película basada en cualquiera de mis historias”, admite esta coleccionista de muñecas antiguas, quien, además, es muy creyente de Dios y de los ángeles.Algunos de ellos están representados en su casa en simpáticas figuritas con adaptaciones locales, como aquel ángel ‘tsáchila o colorado’ que muestra al finalizar la entrevista.

Artículo publicado por Revista Semana –  Christian Colombo Cordero

Edna Iturralde, una embajadora de la literatura infantil y juvenil

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Edna Iturralde, quiteña de 64 años, ha publicado 44 libros de literatura infantil y juvenil. Y por segundo año consecutivo está nominada al Premio Memorial Astrid Lindgren (ALMA, por sus siglas en inglés), que otorgará el gobierno de Suecia en Boloña, en marzo.

A este galardón se lo conoce como el segundo más prestigioso de la literatura infantil y juvenil, luego del Premio Andersen, considerado el “Pequeño Premio Nobel”. No obstante, es el primero en dotación económica, otorga $ 700.000 al ganador. El ALMA reconoce la trayectoria de un autor, ilustrador o promotor de esta literatura. Hay 207 candidatos, 11 de Latinoamérica.

¿Qué haría si llegara a ganar el Premio Astrid Lindgren?

Mi sueño es donar bibliotecas de literatura infantil y juvenil en todas partes del Ecuador… Me gusta que me preguntes esto porque me hace sentir que sí existe la posibilidad de ganarlo (ríe).

Para usted, ¿qué es lo más importante de esta nominación?

Lo más importante es que el Ecuador esté allí. Que vengan a decir que el Ecuador es un “país insignificante” me ha dolido en el alma. El Ecuador es un país maravilloso, importante. Nosotros somos la cultura ancestral más antigua del continente, fuimos los conquistadores del Pacífico.

  1. K. Rowling fue nominada a este premio…

No podría ganar un premio así, yo le agradezco mucho por sus libros que despertaron el ansia de leer en los niños y Harry Potter me gusta, pero (el premio reconoce) esto es la obra entera de un escritor, no es solo una serie.

Recientemente la homenajearon en la Feria del Libro de Santiago de Chile por su trayectoria y tuvo una mención honrosa en el concurso latinoamericano organizado en Perú. ¿De qué se trata la novela inédita con la que participó?

En Los hermanos que cosechaban cuentos de hadas, dos niños gemelos ciegos encuentran en la biblioteca de su abuela a un descendiente de los hermanos Grimm. Los niños dicen que hay cuentos de los hermanos Grimm que les parecen muy duros, como que todas las madrastras son malas, o finales como el de Hansel y Gretel que no les gustan… Así ellos entran por un túnel al mundo de fantasía, donde van conociendo a los personajes, hasta que ellos llegan a componer el final.

Se habla de que muchos cuentos infantiles clásicos crean estereotipos, como las princesas, los héroes, ¿qué ocurre en sus libros?

Sí, los estereotipos de las madrastras son terribles. En el libro, los hermanos van en busca de la buena madrastra y al final se llega a saber por qué aparecían las madrastras como malas y por qué la bruja es mala. Ahora tantas parejas se separan y se vuelven a casar, es malísimo esto de estereotipar a las madrastras.

La novela Las muchachas de la lluvia trata sobre los feminicidios en Ciudad Juárez. La problemática en México es muy violenta, ¿cómo logra usted hacerla aprensible para los jóvenes?

Bueno, no es la primera vez que yo toco un tema difícil, yo tengo una novela juvenil sobre el sida, que se llama El día de ayer, y está escrita con mucho respeto, yo siempre escribo con mucho respeto para mis lectores. Claro, lo que sucede es algo muy dramático y menciona el drama que está sucediendo allí, pero es una novela que no va a dejar una sensación de agonía.

¿En su último libro para niños usted trabaja el realismo mágico?

No sé si te acuerdas de que en el manglar Churute las camaroneras quisieron entrar y el pueblo se opuso, especialmente las mujeres, y bueno, yo me basé en este hecho. Pero el lugar es inventado por mí, no tiene un nombre exacto. Este ser se llama María Manglar (nombre de la obra), que al principio no se sabe si es una enanita escapada de un circo o un espíritu de la naturaleza, pero se trata de esta problemática, en una realidad mágica.

¿Por qué sus obras son basadas en hechos reales?

Es que yo escribo sobre mi país, que lo amo con todo mi corazón. Son temas de interés para toda la sociedad, los niños no van a ser siempre niños, van a crecer, y sensibilizarse sobre temas tan dramáticos como los de la naturaleza, por eso me gusta exponerlos.

Los escritores tienen ese reto de hacer que los niños se interesen por la lectura. ¿Por qué en Ecuador sigue siendo bajo el índice de lectura?

Hay dos cosas: por un lado, los maestros y maestras sí se desesperan porque los niños lean, ellos son abanderados de la lectura en el país, pero hace falta más apoyo.

Algunos títulos

  • María Manglar y Las muchachas de la lluvia (ambas del 2012).
  • Conoce a Miguel de Cervantes y Conoce a Simón Bolívar, también publicadas en inglés en Estados Unidos.
  • Lágrimas de ángeles (2005), con más de 46.000 ejemplares vendidos.

Sus novelas incluyen temáticas del realismo mágico, policiales y biografías noveladas.

Artículo publicado en el Diario El Universo, el 04 de Diciembre del 2012

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Edna Iturralde ALMA

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La literatura infantil enseña a pensar y vivir

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Edna Iturralde ganó el premio Skipping Stones y recibió una mención del Premio Latinoamericano de Literatura Infantil por sus dos nuevas novelas. En diálogo con Diario HOY, explicó por qué escribe para niños.

Acaba de publicar Los hermanos que cosechan cuentos de hadas y Los pájaros no tienen fronteras, ambos libros merecedores de premios importantes en la literatura infantil. ¿Cómo se siente al respecto?

Feliz, especialmente por ser ecuatoriana: los dos son galardones internacionales. El uno es un premio otorgado por Estados Unidos y el otro una Mención Honrosa por el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil… Llevar a mi país afuera y que sea conocido y reconocido por autoridades de distintos países me llena de satisfacción.

Con Los pájaros que no tienen fronteras, recibe por tercera vez el premio de Skippíng Stones, el cual se otorga a los libros que tratan asuntos ecológicos y multiculturales. ¿Tiene un interés particular por estos temas?

Sí. Uno de los ejes más fuertes de mi literatura es la etnohistoria narrativa. Dentro de este tema escribí Verde fue mi selva, el cual fue seleccionado en 2009 como uno de los 10 libros imprescindibles del Canon de literatura infantil y juvenil latinoamericana del siglo XX. También escribí Los hijos de la Guacamaya que cuenta la historia de los cañari… Me interesa indagar en la etnicidad y la multiculturalidad. En Los pájaros que no tienen fronteras lo hice pero a nivel latinoamericano porque me parece importante que conozcamos el origen de nuestros hermanos de América. En este libro hay 20 leyendas y 20 mitos de cada país

¿Cómo fue el proceso de selección?

Muy difícil porque Latinoamérica tiene un folclor increíble, especialmente en leyendas. Hay tanto material, tanto que contar y tanta similitud entre unas y otras que hice un gran esfuerzo para cernir la información. Por decirte, a La llorona la puse en México, pero esta leyenda está prácticamente en todo Centro América. Elegí las más queridas de cada país. Tuve la suerte de viajar a muchos de ellos y de hablar con gente para que me cuenten las historias. Así funcionan las leyendas: se transmiten de generación en generación.

Tanto las leyendas como los mitos intentan explicar cuestiones relacionadas con la sociedad, ¿por qué es importante que los niños aprendan de esto?

Por el conocimiento. Lo que se conoce se respeta y se quiere. Como escritora he querido ser un puente entre las culturas, las etnias y los pueblos de nuestro país y del continente…

En su libro, cuando empieza las leyendas, siempre utiliza la frase: “Pues dizque…” Pero cuando se trata de los mitos la frase es otra: “Cuentan los abuelos que…

Lo hago así con los mitos por respeto a las culturas y etnias, estos son relatos relacionados con la religiosidad de cada país. Al usar la figura del abuelo doy el peso de la sabiduría a la historia. No pongo en duda su veracidad. Las leyendas siempre tienen variantes, hay cosas que pueden ser ciertas como pueden no serlo… Al usar esa frase pongo el relato en tela de juicio. En ambos casos tomo la esencia de la historia y la recreo desde mi propio punto de vista.

Lo mismo hizo en Los hermanos que cosechaban cuentos de hadas…

Exactamente. Ese libro es un homenaje a los hermanos Grimm porque el año pasado fue su bicentenario. En 1812 apareció por primera vez su libro de cuentos. Ellos recogieron historias folclóricas de Alemania. Yo interpreté las suyas y las conté a mí manera. El cuento de Blancanieves, por ejemplo, habla de una princesa que temía conocer al príncipe porque odiaba el mal aliento. No sabía qué hubiese hecho si él la besaba y olía mal. El de Rapunzel cuenta la historia de una joven cuyo pelo crecía exponencialmente porque la bruja acicalaba su cabello con fertilizantes. En el del sastrecillo valiente la madrastra es buena.

Este parece ser el eje del libro: los gemelos recorren los cuentos de los hermanos Grimm intentando descubrir por qué las madrastras siempre son malas. ¿Hay alguna razón por la que hizo esto?

No me gusta la injusticia. Especialmente ahora, que hay tantas personas que se vuelven a casar, me parece mal que las madrastras carguen ese peso que durante generaciones y generaciones las convirtió en las perversas de la historia. No siempre es así.

Hay una ausencia de maldad evidente en sus cuentos. Esta se acentúa en el tema que menciona de las madrastras, pero se siente en todo el ambiente. ¿Por qué no incluir en los cuentos el mal que existe en el mundo?

La maldad existe y los niños lo saben. Pero también existe la bondad y sobre todo las soluciones. Una persona puede elegir ser buena o mala. No creo que yo haga pensar a los niños que todo es absolutamente maravilloso. Tengo, por ejemplo, un libro que se llama Cuando callaron las armas y que habla sobre los conflictos bélicos que hay en los distintos países del mundo, así como la forma en que los niños se involucran con ellos. Estos cuentos terminan, desgraciadamente, como tiene que terminar, porque no puedo decir que vivieron felices para siempre. Aunque sí acaban con una nota de optimismo y esperanza -que me parece importante-. En Los hermanos que cosechan cuentos de hadas el tema es más liviano. De todas formas creo que se plantea la maldad, pero de una forma distinta:  los gemelos Luis y José quieren cambiar la historia de Hansel y Gretel porque no les gusta que la bruja muera quemada en el horno, pese a que se portó muy mal. Ellos eligen. Me parece importante que se dé a los niños la posibilidad de pensar y discernir qué está bien y qué está mal. Es darles la oportunidad de que elijan el camino contrario a la violencia.

Esta oportunidad brindan los hermanos Grimm a los gemelos cuando los alientan a que inventen otro final para el cuento de Hansel y Gretel. Les dicen que existe un punto en el cual la realidad y la ficción se intersectan…

Es que es así. Piensa en un atardecer: hay un momento en que no es de noche ni de día, en que la oscuridad y la luz se unen de tal forma que no se sabe cuál es cual. Es uno quien elige la tonalidad del cielo.  (MC)

Un paseo mágico por la historia tradicional

Cuarenta leyendas y mitos de los 20 países de Latinoamérica forman parte de Los pájaros no tienen fronteras un libro en el cual se difuminan los lindes que bordean el territorio geográfico y cultural de cada país.

Edna Iturralde incluye figuras conocidas como el dios Tlátloc o los gemelos del Popol Vuh, a través de las que se explican creencias de cada cultura como, por ejemplo, la aparición del Sol y la Luna.

Figuras menos conocidas como el gusano Ñucu o la flor Nikté-ha pueblan las páginas del libro y revelan la mitología de cada país, que explica temas tan cotidianos como el consumo del mate en Argentina.

Las leyendas hablan de costumbres y valores como la fidelidad, la astucia, la justicia… De lectura ágil, dotado de un lenguaje sencillo y lejos de ser moralista, bordea el mensaje con una inteligencia que permite a la autora rodear el terreno y caer en el blanco en el momento preciso, como cuando los juegos terminan con un nocaut. Cada historia está compuesta de cuatro páginas.

Un cierto misterio palpita en los cuentos e incentiva la creatividad de quien los lee, logrando que a la vuelta de la esquina se encuentre con la descripción de la imagen que la autora dejó a medias. Parecería que con la intención de que el lector invente su propio mundo de fantasía, lleno de colores y rincones mágicos. El estilo narrativo está dotado de una picardía nata que saca un par de sonrisas a lo largo del libro y que enseña a ver el mundo con perspicacia y buen sentido del humor.

Los pájaros no tienen fronteras, un libro para adolescentes que atrapa a cualquier adulto dispuesto a conocer personajes mitológicos y tradicionales de la historia latinoamericana.

Dos hermanos que cambiaron su destino

Los gemelos Luis y José son un par de niños ciegos que han aprendido a vivir a través de la fantasía. Su madre Anabela inculcó en ellos el amor por los libros desde que eran pequeños, leyéndoles todas las noches los cuentos de los hermanos Grimm.

Cuando ella y su padre desaparecen, los hermanos emprenden una aventura que los ayudará a rescatarlos. En ella se encuentran con varios personajes de la literatura clásica como la Cenicienta, la Blancanieves e incluso Jacob y Wilhelm Grimm.

Los hermanos que cosechan cuentos de hadas narra la aventura de dos gemelos que lucharán por cambiar el final de una historia con la que no se sienten a gusto.

El deseo de José y Luis se lleva a cabo con mucho tino. Las modificaciones de los cuentos originales son ingeniosas y muy astutas, como en la historia de Hansel y Gretel, cuando la bruja no alimenta a los pequeños con dulces sino con pollo y papas fritas. La autora lo hace de esta manera para que sea factible que los pequeños engañen a la bruja con el hueso del pollo, cuando ella revisa si están engordando. Una cierta ironía tiñe el relato incentivando a los niños lectores a que desarrollen esa chispa que les permitirá aprender a reírse de las pequeñas cosas de la vida. La mayoría del libro está compuesto por estos momentos, aunque hay algunos en los que el ambiente se torna un poco rosa. El desarrollo de los sentidos ayuda a que el lector recree en su cabeza la película, ya que Iturralde le da mucha importancia al olor y la textura de los elementos que describe. El libro, que ganó una Mención de Honor del Premio Latinoamericano de Literatura Infantil, es una propuesta inteligente y estratégica que enseña a los niños la otra cara de los clásicos.

Artículo de Diario Hoy, 2003.

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